miércoles, 25 de febrero de 2009

Lagarto ocelado (Lacerta lepida)

Es sin lugar a duda el más bello de los saurios onubenses. Poderosas mandíbulas, cuerpo verde-amarillento, adornado por grandes ocelos azules.

Entre su alimentación, específicamente insectívora, aparecen frutos de Juniperus; sacados de muestras estomacales por el profesor José Antonio Valverde, se refiere a éstos como posibles confusiones del lagarto con insectos.

Las tallas máximas encontradas son; un individuo macho capturado en los alrededores del Embalse del Piedras, que midió 754,5 mm y otra hembra capturado en la zona de El Portil, que midió 594 mm (González de la Vega y Juan Pablo, 1988).

Lagarto ocelado (Lacerta lepida) tomando el sol en una roca, donde puede encontrar refugio rápidamente.

(Fotografía: José Manuel Caraballo Martínez)

Descripción

El Lagarto ocelado (Lacerta lepida), es el lagarto más grande de la península, de cuerpo muy robusto, capaz de alcanzar tallas enormes, de extremidades bien desarrolladas y cola de doble longitud que el resto del cuerpo. La cabeza es grande, armada de poderosas mandíbulas. El cuerpo es verde-amarillento, adornado por grandes ocelos azules; coloración juvenil verdosa con ocelos claros.

Lagarto ocelado joven, los colores de los ocelos son más claros.

Aunque son capaces de alcanzar tallas verdaderamente enormes, lo normal es que las tallas no sobrepasen los 620 mm de longitud total. Las tallas máximas encontradas son: un individuo macho capturado en los alrededores del Embalse del Piedras, que midió 754,5 mm y otra hembra capturado en la zona de El Portil, que midió 594 mm. (González de la Vega y Juan Pablo, 1988).

Las mandíbulas son francamente poderosas capaces de romper la quitina que recubre los élitros de los escarabajos y de propinar dolorosos mordiscos a quien lo importuna, apretando aún más al intentar librarnos de sus fauces.

El dorso y el costado, presenta un verdadero mosaico de gran belleza formado por pequeñas escamas dorsales que son redondeadas y coloreadas de verde, negro, azul y amarillo.

Destache de los ocelos y de las escamas de un lagarto ocelado macho en celo.

(Fotografía: José M. Caraballo Martínez)

Distribución

Se distribuye uniformemente a lo largo de la Península Ibérica, a excepción de estrecha franja cantábrica y de los archipiélagos Balear y Canario. Se distribuye por toda la geografía onubense.

Existen dos razas geográficas diferenciadas:

  • Sector Sur-Oriental de la Península: Lacerta lepida nevadensis. Los lagartos son grandes, con la cabeza puntiaguda y menor número de escamas ventrales. Tonalidad más apagada, grisácea y con los ocelos poco destacados; carecen de escamas negras.
  • Resto de área de distribución: Lacerta lepida lepida. Con las características ya mencionadas al principio

Riesgos y agentes de perturbación

Antaño era un lagarto muy frecuente, pero la persecución de que ha sido objeto desde tiempos inmemoriales lo ha hecho sólo localmente común. En algunas zonas de la península se ha convertido en una especie escasa.

Los enemigos naturales directos son la Culebra bastarda (Malpolon monspessulanum) y el Águila culebrera (Circaetus gallicus), para los cuales constituye el lagarto una parte importante de su régimen.

Mochuelo (Athene noctua) y Lagarto ocelado (Lacerta lepida) tomando el sol. No es el mochuelo precisamente un enemigo al que temer.

(Fotografía: Atanasio Fernández García).

En algunas áreas el lagarto ocelado es consumido casi como exquisitez gastronómica, e incluso en algunas zonas es usado para la elaboración de “Licor de Lagarto”, macerado en orujo o aguardiente.

Por otra parte los cazadores acusan al lagarto ocelado de diezmar las poblaciones de piezas cinegéticas como las codornices y las perdices, aunque su incidencia no es tan importante como se pretende.

Los seguimientos realizados hasta la fecha en las carreteras españolas consideran al lagarto ocelado como el segundo reptil en número de atropellos detectados (SCV, 2002).

Observaciones

Los machos son los que alcanzan las tallas mayores, tienen la cabeza más grande y por tanto mandíbulas más poderosas. Además los ocelos de los costados son también más grandes. Animal ágil, solitario y muy territorial. Amante del sol, aunque en días muy calurosos rehuye las horas de mayor insolación.

La época del celo se extiende desde Abril hasta Julio. El cuerpo de los machos presenta los colores muy vistosos y en su plenitud, para poder llevar a cabo el cortejo que es verdaderamente brutal, ya que a veces no dudan en arrancarles la cola de un mordisco en su afán de copular; para ello la mantienen inmóvil merced a un mordisco en la base de la cola, en las extremidades posteriores o a menudo en el vientre. (González de la Vega y Juan Pablo, 1988).

Lagarto ocelado (Lacerta lepida) macho, el más bello de los saurios onubenses.

(Fotografía: José M. Caraballo Martínez)

Con una sola puesta al año, pueden darse hasta dos. Abriendo con las patas traseras un orificio en la arena y depositando sus huevos.

Cuando nos encontramos con el en el campo, huye despavorido entre la vegetación a veces confundiéndolo en el sonido como si de un conejo se tratase. Pero si se siente acorralado se pondrá con el cuerpo protegido en un extremo y con la cabeza vuelta, enseñará mandíbulas a cualquier oponente que quiera capturarlo, por muy grande que sea.

Entre su alimentación esencialmente insectívora, aparecen frutos de Enebros Juniperus, sacados de muestras estomacales por el profesor José Antonio Valverde, quien se refiere a éstos como posibles confusiones del lagarto con insectos. “Al desprenderse de las ramas ruedan suavemente por los taludes de las dunas, y por ello pueden ser capturados como un insecto, aunque no es éste el caso probablemente” (Valverde, 1967).

Protección

Los lagartos ocelados siguen siendo abundantes en buena parte de la Península Ibérica, lo que ha determinado que la especie no se considere amenazada en términos generales (Mateo, 2002).

En el Libro Rojo de los Vertebrados Españoles (Blanco y González, 1992) el lagarto ocelado era considerado una especie No Amenazada. Diez años más tarde el Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles Españoles (Pleguezuelos et al., 2002), que se ajusta ya a las categorías propuestas por la UICN, la especie queda encuadrada en la categoría de Preocupación Menor (LC).

A pesar de haber sido calificado en ocasiones como una de las especies-bandera de la fauna reptiliana europea (véase Corbett, 1989), el lagarto ocelado se considera una especies no amenazadas en España, Francia y Portugal (Oliveira y Araújo, 1994; Mateo, 2002; Cheylan y Grillet, 2005).

La directiva europea Hábitat tampoco lo considera en sus anexos 2 y 4, lo que determina que se no puedan realizar acciones dirigidas a su conservación en el marco de esta directiva.

Bibliografía

  1. Barbadillo y Luis Javier. 1999. Lagarto ocelado (Lacerta lepida) Daudin 1802. En: “Anfibios y Reptiles de la Península Ibérica, Baleares y Canarias”. Guía Ilustrada para identificar y conocer todas las especies. Pp. 266-269. Barcelona.
  2. González de la Vega y Juan Pablo. 1988. Lagarto ocelado (Lacerta lepida). En: “Anfibios y Reptiles de la Provincia de Huelva” . Pp. 171-174. Huelva.
  3. Valverde, José Antonio. 2004. Lagarto ocelado. En: “Estructura de una comunidad de Vertebrados Terrestres” . Pp. 29-36. Sevilla.
  4. Internet

  5. Se puede ver en la página Web: http://www.vertebradosibericos.org/reptiles/laclep.html (última visita 14/09/2007).

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