La lamprea de río pertenece la familia de los peces agnatos (sin
mandíbula) y por eso se diferencia bastante de otros peces. Suelen medir de 18 a 40cm.
No tiene aletas
pares, poseen una aleta
dorsal primaria, una aleta dorsal secundaria y una aleta caudal.
No tiene
mandíbula inferior, y la boca está rodeada por un disco redondo, similar a una
ventosa que cuenta con
pequeños dientes córneos en forma de minúsculos pero afilados cuchillos, capaz
de roer. Por medio de esta boca la lamprea se fija a otros peces y los
parasita, alimentándose de su sangre.
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Foto: Biopix: N Sloth |
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Foto: Biopix: N Sloth |
En vez de opérculo branquial, la
lamprea de río tiene una fila de 7 pequeños orificios para respiración
inmediatamente detrás de cada ojo. El dorso de la lamprea de río es de color gris oscuro uniforme
con manchas obscuras en el abdomen.
Reproducción
La
lamprea es una especie anádroma, es decir, vive en el mar pero se reproduce en
el río. Después de pasar 2-3 años en el mar, la lamprea de río remonta ríos y
arroyos en otoño para desovar. Deja de alimentarse y pasa el invierno en el río
antes de desovar en mayo-junio en un fondo con grava en agua corriente. Después
del desove, los adultos mueren. Las larvas pasan los primeros 3-5 años de su
vida enterradas en el lodo del fondo, obteniendo sus alimentos del agua
corriente mediante filtración. Después sufren metamorfosis y se transforman en
la forma juvenil que tiene ojos, una fase que dura unos 6 meses, durante la
cual continúan ocultas. Posteriormente comienzan su migración aguas abajo hacia
el mar. La forma lacustre pasa por el mismo ciclo vital salvo que emigra a un
lago más grande.
Distribución y hábitat
En
la península ibérica, la lamprea se conserva en los cauces de los ríos
Guadiana, Ebro y Guadalquivir, así como en la costa de Galicia y Asturias. En
general prefiere ríos de gran caudal, con aguas no demasiado rápidas y se
coloca en los tramos bajo y medio. La lamprea de mar nada por el Atlántico
Norte, a ambos lados del océano. Sin embargo, el aumento de barreras
artificiales y la contaminación marina han hecho que el área de distribución de
la lamprea haya disminuido de forma sensible. Las obras de construcción en ríos
han reducido su número, aunque no tan gravemente como ha sucedido con otros
peces migratorios.